La “culpa de la infidelidad” de los hombres la tiene el alelo 334, que gestiona la vasopresina, una hormona que se reproduce naturalmente, por ejemplo, con los orgasmos, según un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo.
Y es que el alelo 334 se encarga del receptor de la arginina vasopresina, que es una hormona básica y que está presente en el cerebro de la mayoría de los mamíferos, según esta investigación.
El descubrimiento radica en que "es la primera vez que se asocia la variante de un gen específico con la manera en que los hombres se comprometen con sus parejas", explicó Hasse Walum, del Departamento de Epidemiologia Medica y Bioestadística del Karolinska y uno de los responsables de la investigación.
Se da la circunstancia -revelada por el estudio- de que los hombres "dotados" con dos copias del alelo 334 han tenido en su vida más crisis de pareja y sus esposas afirmaron que están más insatisfechas. no significa necesariamente que esté menos capacitados para el amor, sino que se trata más bien de una limitación en la capacidad social", matizó Wallum.
Aunque, según el científico, esto no equivale a estar "condenado" a fracasar en una relación de pareja, pero sí a que aumente la probabilidad de que ocurra y de que sea más infiel.
De acuerdo con el sondeo, los portadores del alelo 334 (presente en el 40 % de los sujetos estudiados) son más remisos al matrimonio, más dados a romperlo, más propensos a la infidelidad y viven relaciomes de pareja menos satisfactorias.
quienes bautizaron al alelo 334, hasta el punto de bautizarlo como el gen de la infidelidad. Pero en realidad si hay algo que abunda entre los animales es la promiscuidad. Por eso es que algunas teorías dicen lo contrario: que las especies monógamas lo son porque agregaron a su patrimonio genético algún gen (o grupo de genes) que las induce a serlo.
Por eso la disparidad reflejada en este trabajo no traduciría la existencia de un gen que empuje hacia la infidelidad (algo que no haría falta, puesto que la sexualidad por sí misma, sin la asistencia de alguno de esos genes mencionados en el párrafo anterior, siempre es infiel), sino por el contrario la de un gen que propiciaría la vida en pareja y al que la presencia de ese alelo 334 volvería menos activo.